Te tilda de ser joven, descarriado,
o por ser joven y vital te adulan,
y todos -ricos, pobres- te aman algo:
tus vicios son tus gracias, y las usas.
Así como en el dedo de una reina
la joya más vulgar parece cara,
tus faltas se traducen en certezas
y todos las encuentran atinadas.
¿A cuántos corderitos sangraría
el lobo que en cordero se traduce?
¿A cuántos llevarías tú a la ruina
si usaras todo el nervio de tu empuje?
No lo hagas, pues mi amor es tan enorme
que, si eres mío, mío es tu renombre.
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