Para mí, amigo mío, no envejeces
Pues mis ojos han visto desde siempre
Intacta tu belleza: tres inviernos
Estragaron tres fértiles estíos
Y tres veces fue otoño primavera;
Si en tal decurso de las estaciones
Tres fragancias de abril consumió junio,
Tú preservas tu fresca lozanía.
Mas tal como la aguja sigilosa
Que las horas señala lentamente
Acaso tu belleza, que veo inmóvil,
Sufre cambios que mi ojo no percibe.
Si es así, escucha, edad futura:
La perfección murió y no habías nacido.
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