Tu amor y tu piedad borran la marca
Que escándalo vulgar grabó en mi frente,
¿Pues qué importa mi fama, mala o buena,
Si tú mi bien exaltas, mi mal cubres?
Para mí eres el mundo, y de tu lengua
Quiero oír las críticas y elogios.
No cuenta nadie más, nadie podría
Torcer por bien o mal mis intenciones.
Arrojo en un abismo tan profundo
Las voces de los otros, que mi oído
Es sordo a reproches y lisonjas;
Mas excuso así mi negligencia:
Con tal fuerza estás en mí arraigado
Que el mundo, salvo tú, parece muerto.
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