Cuando estoy en mi perjuicio de tu parte?
¿No pienso en ti cuando estoy olvidado
De mi mismo, oh tirana, por tu causa?
¿Acaso llamo amigo a quien te odia?
¿Acaso adulo a quienes tú desdeñas?
Y si frunces el ceño ¿no me encono
Conmigo mismo para complacerte?
¿Qué propias facultades enaltezco
Que no estén consagradas a servirte
Si mis partes mejores idolatran
Tus defectos, a una orden de tus ojos?
Pero ódiame, amor, ya te comprendo:
Tu amas a quien ve, mas yo soy ciego.
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