Su cara
es, pues, el mapa de esos tiempos
en que lo bello, igual que ahora las flores,
vivía hasta morir, sin que aderezos
bastardos empolvasen las facciones;
de cuando no esquilaban las guedejas
de aquellos que dormían para siempre
por darles otra vida en otra testa,
y a nadie hacía más bello un vello inerte.
Como en las horas sacras del pasado,
en él todo es verdad, sin falsedades:
no hará de un verde ajeno su verano
ni ha de robar vestidos para aviarse.
Natura, así, cual mapa lo atesora:
donde hay belleza pura, huelgan modas.
en que lo bello, igual que ahora las flores,
vivía hasta morir, sin que aderezos
bastardos empolvasen las facciones;
de cuando no esquilaban las guedejas
de aquellos que dormían para siempre
por darles otra vida en otra testa,
y a nadie hacía más bello un vello inerte.
Como en las horas sacras del pasado,
en él todo es verdad, sin falsedades:
no hará de un verde ajeno su verano
ni ha de robar vestidos para aviarse.
Natura, así, cual mapa lo atesora:
donde hay belleza pura, huelgan modas.
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